martes, 22 de febrero de 2011

El Suicidio del Pulitzzer

Vi esta historia en un blog , que hace referencia a un artículo de El Mundo y es interesnate compartirla con vosotros.

El niño que sobrevivió al buitre

El fotógrafo sudafricano Kevin Carter visitó en avioneta la aldea sudanesa de Ayod en 1993 para denunciar la hambruna y la guerra que sufría el país. En esa expedición vio a un bebé desnutrido tendido en la arena justo en el mismo plano que un buitre. Pensó que esa imagen era la más representativa de toda la hambruna que había visto allí.



The New York Times publicó la fotografía días después. La opinión pública se volvió contra el fotógrafo por no haber hecho nada para salvar a la criatura de las garras de ese buitre amenazante, llegando a acusarle de ser el auténtico carroñero de la foto. Un año después, en 1994, ganó el Pulitzer y se suicidó.

A Carter se le criticó por no ayudar al bebé y el mundo le dio por muerto a pesar de que el propio Carter no lo vio morir, sólo disparó la foto y se fue minutos después. La realidad es que el niño ya estaba registrado en la central de comida, en la que atendían enfermeros franceses de la ONG Médicos del Mundo. Si se observa la foto en alta resolución, puede leerse, escrito en rotulador azul, el código "T3".

En aquel entonces se usaban dos letras: "T", para la malnutrición severa y "S", para los que sólo necesitaban alimentación suplementaria. El número indica el orden de llegada al feed center. Es decir, que Kong tenía malnutrición severa, fue el tercero en llegar al centro, se recuperó, sobrevivió a la hambruna y al buitre.

Con esa premisa, y la posibilidad de que la criatura siguiera viva a pesar de la hambruna y la guerra, El Mundo de España viajó a Ayod 18 años después para reconstruir la historia de aquella fotografía.

Después de varias reuniones con decenas de habitantes de la aldea, una mujer que repartía comida en aquel lugar hace 18 años llamada Mary Nyaluak dio la primera pista sobre el paradero de la misteriosa criatura. "Es un niño y no una niña. Se llama Kong Nyong, y vive fuera de la aldea".

Dos días después, aquella pista llevaría hasta la familia del pequeño, cuyo padre identificó al pequeño y confirmó que se recuperó de aquella hambruna pero que murió hace cuatro años de "fiebres".

Dentro de nada , publicare otro artículo en referencia a este.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que acusaciones más absurdas y sin sentido. Es irónico como la intención de Carter de inspirar consciencia y mostrar al mundo un verdadero llamado de auxilio de un pueblo agonizante, se convirtió en un infierno personal que lo llevo a terminar con su vida.

Una fotografía de este tipo tiene como propósito capturar un instante, un momento único e irrepetible. Lo que pasa antes y lo que pasa después no es la constante, tomando en cuenta la intención y el trasfondo de la imagen. Se sobreentiende que la escena no es un hecho aislado y que la causa de una situación así se debe a la hambruna, se infiere el peligro y el probable desenlace del pequeño. Lo que está pasando y lo que pasara con niños como el de la fotografía dependerá de lo que el mundo haga, de lo que hagamos para evitarlo, el salvarlo no está en las manos del fotógrafo sino en las manos de todos. Creo que ese pudo ser el mensaje.

Pere la sociedad no quiere saber si más gente está pasando por lo mismo, si otros niños están siendo cazados por buitres, lo que importa es ese niño que se ve en la imagen, los demás importan un carajo porque no se ven. Si no los veo, no me interesan.

Es como con las imágenes de la guerra de Irak, todo mundo sabe que se cometen atrocidades durante una guerra. Pero a nadie le importa hasta que se hace pública una imagen, entonces si se busca y se exige castigar a los culpables, se les castiga pero no se detiene la guerra.

La gente solo hace consciencia cuando tiene que vivir en carne propia la tragedia o cuando obtiene algún beneficio de ello. Siempre es más fácil señalar a alguien más que cargar con las responsabilidades que conlleva la propia humanidad.

Me pregunto si la imagen hubiera tenido el mismo impacto, si se hubiera complementado, con la historia del niño y de cómo fue llevado a un centro donde recibió ayuda inmediata y que actualmente se encuentra en un plan nutrimental que garantizara su desarrollo y una vida plena, llena de satisfacciones.

Pero cuando la historia es trágica y la solución parece incomoda, se cree erróneamente que si se mira a otro lado el problema deja de existir.

Anusca Pelandrusca dijo...

Se han dado numerosos casos en el que el fotógrafo después de hacer una fotografía de una situación límite, debe elegir si intervenir o no. Como en la conocida fotografía de Kevin Carter en que la intervención de observador puede cambiar de tal forma, que una vida humana se hubiera podio salvar. O no.
O en el caso de Kim Phuc, la niña que aparece en la fotografía con el cuerpo desnudo y quemado a causa de un bombardeo de Napalm, que fue rescatada por el mismo fotógrafo que la inmortalizó, Huynh Cong Ut.
No es necesario irse a estos extremos para comprender el significado de observador, ya que en el momento que un individuo mira por la mirilla de una cámara desaparece de la escena para fundirse con la cámara y con la imagen, este desdoblamiento es necesario pare ser objetivo con la escena.

lalineamaginot dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lalineamaginot dijo...
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